Por Lic. Santiago Demarchi
Lo que dice la evidencia… y cómo aplicarlo en la práctica clínica
Volver a jugar después de una reconstrucción del ligamento cruzado anterior (LCA) no es sinónimo de estar recuperado.
El artículo de Ross et al. (2020) revisó múltiples estudios sobre jugadores de fútbol americano que pasaron por una cirugía de LCA, con un objetivo claro: entender cuántos vuelven al deporte y cómo rinden después.
Y los resultados son claros: sí, muchos vuelven… pero no todos vuelven igual.
Qué encontró la revisión
- La mayoría de los jugadores retorna a competir, pero el porcentaje que lo hace al mismo nivel de rendimiento previo es significativamente menor.
- Algunos estudios mostraron una pérdida de desempeño en fuerza, velocidad o participación efectiva en el juego, incluso en quienes volvieron a competir.
- Los factores que más influyen en el retorno son:
- Edad y nivel competitivo.
- Tipo de injerto.
- Tiempo y calidad de la rehabilitación.
- Aspectos psicológicos (miedo, confianza, seguridad).
- Se observó además un riesgo elevado de una segunda lesión, tanto en la rodilla operada como en la contralateral.
Volver a jugar no es lo mismo que estar preparado
Muchos programas de rehabilitación terminan cuando el paciente “ya no tiene dolor” o logra “rango completo”, pero el rendimiento deportivo demanda mucho más que eso.
Un atleta de campo, por ejemplo, necesita:
- Fuerza máxima suficiente para absorber y producir fuerzas.
- Simetría funcional (al menos 90% en tests unilaterales).
- Tolerancia al impacto progresiva.
- Capacidad reactiva y control neuromuscular.
- Confianza psicológica en el gesto y la competencia.
Sin estos criterios, el retorno se convierte en un riesgo más que en una meta.
Criterios clínicos para el retorno al deporte
Aunque los criterios varían según autores, los puntos más relevantes incluyen:
- Fuerza de cuádriceps y isquiotibiales
- Idealmente ≥ 90% del miembro sano (dinamometría o test isocinético).
- Pruebas funcionales
- Test de salto unipodal (single, triple, crossover hop).
- Control de estabilidad en el aterrizaje.
- Control de carga y exposición
- Progresión gradual del impacto: desde pliometría de bajo nivel → cambio de dirección → sprint → juego reducido.
- Aspecto psicológico
- Escala de confianza (ACL-RSI) y percepción subjetiva de seguridad en la rodilla.
- Tiempo mínimo de rehabilitación
- Aunque el tiempo no es criterio en sí mismo, menos de 9 meses se asocia con mayor riesgo de re-lesión.
Reflexión final
El éxito de una rehabilitación de LCA no se mide solo por el alta médica o por volver a entrenar. Se mide por la capacidad de sostener rendimiento sin recaer.
Como kinesiólogos, nuestra tarea no termina cuando el paciente corre por primera vez.
Termina cuando puede tolerar la demanda específica de su deporte, con fuerza, confianza y capacidad de adaptación.
En síntesis
- Volver al juego no es volver al nivel previo.
- La fuerza y la confianza son tan importantes como la movilidad.
- La rehabilitación debe incluir criterios objetivos y progresión planificada.
- El tiempo solo no cura: la carga adecuada sí.
Articulo recomendado: Bailey J. Ross. Return to Play and Performance After Primary ACL Reconstruction in American Football Players: A Systematic Review. 2020
https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC7607798/







