Por Lic. José Fernández – Cinesis, Centro de Kinesiología
En diferentes cursos, congresos o charlas entre profesionales de la rehabilitación kinésica, escuchamos opiniones encontradas sobre los agentes físicos, defendidas con la misma pasión con la que un hincha de fútbol sostiene el amor por su camiseta.
El problema es que, en muchos casos, esa pasión termina desvirtuando el quehacer profesional, transmitiendo información sesgada tanto a colegas como a los propios pacientes.
Los agentes físicos —al igual que las terapias manuales— son herramientas con las que contamos los kinesiólogos y fisioterapeutas. El verdadero desafío está en tener el criterio para saber cuándo es útil uno u otro, o cómo combinarlos para obtener los resultados esperados dentro de un protocolo de tratamiento.
Plantear objetivos claros es la mejor forma de guiar un proceso de rehabilitación. Para eso, debemos dejar de lado posturas irracionales como:
- “Solo la terapia manual da resultados”
- “Los agentes físicos mejoran la fisiología”
- “Los agentes físicos no sirven”
- “La terapia manual no tiene evidencia”
Lamentablemente, aún encontramos colegas que basan sus tratamientos en preferencias personales más que en criterios clínicos, casi “esponsoreados” por su afinidad hacia una técnica.
Hoy quiero hablarles especialmente a quienes defienden la terapia manual como único tratamiento. Tal vez lo hagan para demostrar a su paciente un compromiso basado en el contacto constante y directo. Está bien que ese vínculo exista, pero no puede limitar las opciones terapéuticas.
Muchos colegas saben que en la universidad enseño sobre agentes físicos. A menudo se acercan y me dicen:
“Che, yo no uso agentes físicos y tengo muy buenos resultados con mis pacientes.”
Mi respuesta siempre es la misma: “Excelente. Pero déjame hacerte una pregunta: cuando tenés un paciente con edema de tobillo post-esguince, ¿cómo lo tratás?”
La respuesta típica es: “Movimiento. Se recupera muy bien. Aunque, claro, primero hielo y vendaje compresivo.”
Es ahí cuando señalo que el hielo y el vendaje compresivo son, justamente, agentes físicos. Reconocerlo es dar un paso hacia una visión más completa de nuestra profesión.
A veces, estos colegas son apasionados… pero también ignorantes selectivos: repiten argumentos que alguien les transmitió sin jamás verificar su validez, adoptándolos como verdades absolutas.
En salud, la pasión es innegociable. Pero debe ir acompañada de estudio constante, investigación rigurosa y reflexión crítica. Solo así podremos ofrecer a nuestros pacientes lo que realmente necesitan, sin limitarnos por preferencias personales.